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[ Pobierz całość w formacie PDF ] HACIA EL VALLE DE CARACAS ALEXANDER VON HUMBOLDT La importancia de una capital no depende exclusivamente de su población, su riqueza o su posición; y para apreciarla con alguna justicia, es necesario recordar la extensión del territorio del que es ella centro, la masa de producciones indígenas que son objeto de su comercio las relaciones en que se encuentra con las provincias sometidas a su influencia política. Estas distintas circunstancias se modifican con los vínculos más o menos relajados que unen a las colonias con la metrópoli; mas son tales el imperio del hábito y las combinaciones del interés comercial, que es probable que esa influencia de las capitales sobre los países circundantes, esas asociaciones de provincias, que se refunden entre sí bajo el nombre de reinos, de capitanías generales, de presidencias y de gobiernos, sobrevivirán así y todo a la catástrofe de la separación de las colonias 1 . Los desmembramientos sólo se producirán allí donde, a despecho de los límites naturales, se han reunido arbitrariamente partes que se hallan estorbadas en sus comunicaciones. La civilización en América, dondequiera que (como en México, Guatemala, Quito o el Perú) no existía ya en cierta forma antes de la conquista, se dirigió de las costas hacia el interior, ya siguiendo el valle de un gran río, ya una cordillera de montañas que ofrecían climas templados. Concentrada a la vez en diferentes puntos, se propagó al modo de radios divergentes. La reunión en provincias o en reinos se realizó con el primitivo contacto inmediato entre las porciones civilizadas o por lo menos sometidas a una dominación estable y regular, desiertas o habitadas por pueblos salvajes cercan hoy los países conquistados por la civilización europea; y aquellas separan tales conquistas como con brazos de mar difíciles de franquear manteniéndose con frecuencia estados en vecindad mediante franjas de tierras desmontadas. Es fácil conocer la 1 Reinos, Capitanías generales, Presidencias, Gobiernos, Provincias, son los nombres que la corte de España ha dado siempre a sus dominios de ultramar. configuración de las costas bañadas por el océano que las sinuosidades de este litoral interior en el que la barbarie y la civilización, las selvas impenetrables y los terrenos cultivados, se tocan y delimitan. Por no haber reflexionado sobre la situación de las nacientes sociedades del Nuevo Mundo, los geógrafos desfiguran tan a menudo sus mapas, trazando las diferentes partes de las colonias españolas y portuguesa como si estuviesen contiguas en todos los puntos del interior. El conocimiento local que he llegado a adquirir por mí mismo acerca de esos límites, me capacita para fijar con alguna certidumbre la extensión de las grandes divisiones territoriales, para comparar la parte silvestre y la habitada, y para medir la influencia política más o menos grande que ejercen ciertas ciudades de América, como centros de poder y de comercio. Caracas es la capital de un país casi dos veces más grande que el Perú actual y algo menor que el reino de la Nueva Granada 2 . Este país, que el gobierno español designa con los nombres de Capitanía general de Caracas o de provincias (reunidas) de Venezuela, tiene alrededor de un millón de habitantes, de los cuales 60.000 son esclavos. 3 A lo largo de las costas, comprende, la Nueva Andalucía o provincia de Cumaná 2 La Capitanía general de Caracas tiene alrededor de 48.000 leguas cuadradas (de 25 al grado); el Perú (desde que la Paz, Potosí, Charcas y Santa Cruz de la Sierra fueron separadas y unidas al virreinato de Buenos Aires) tiene 30.000; la Nueva Granada, incluyendo la provincia de Quito, 65.000. Hizo estos cálculos el Sr. Oltmanns, según los cambios que mis determinaciones astronómicas han introducido en los mapas de la América española. Prefiero aquí evaluaciones en números redondos; las discusiones particulares sobre la extensión de los distintos países, su población respectiva, y otras circunstancias puramente estadísticas, tendrán cabida en capítulos particulares, a medida que nos apartaremos de cada una de las grandes divi- siones territoriales. 3 La Capitanía general de Caracas tiene el título de Capitanía gerieral de las Provincias de Venezuela, y Ciudad de Caracas. (con la isla de Margarita) 4 . Barcelona, Venezuela o Caracas, Coro y Maracaibo. En el interior, las provincias de Barinas y la Guayana, la primera a lo largo de los ríos Santo Domingo y Apure, y la segunda a lo largo de los ríos Orinoco, Casiquiare, Atabapo y Río Negro. Una visión general sobre las siete provincias reunidas de la Tierra Firme, nos muestra que forman tres zonas distintas extendidas de Este a Oeste. Primero hállanse terrenos cultivados a lo largo del litoral y cerca de la cordillera de montañas costaneras; luego, sabanas o dehesas; y al fin, allende el Orinoco, una tercera zona, la de los bosques en las que se penetra solamente por medio de los ríos que lo atraviesan. Si los indígenas que habitan esos bosques viviesen enteramente del producto de la caza, como los del Missouri, podríamos decir que las tres zonas en que hemos dividido el territorio de Venezuela son la imagen de tres estados de la sociedad humana: la vida del cazador salvaje en los bosques del Orinoco, la vida pastoral en las sabanas o Llanos y la vida del agricultor en los altos valles y al pie de los montes costeros. Los frailes misioneros y algunos soldados ocupan, así como en la América toda, puestos avanzados sobre la frontera del Brasil. Es en esta primera zona donde se palpa la preponderancia de la fuerza y el abuso del poder que es su necesaria consecuencia. Los indígenas se mueven en una guerra cruel y se devoran a veces unos a otros. Los frailes intentan ensanchar sus aldeillas de misión y sacan partido de las disenciones de los indígenas. Los militares destinados a proteger los frailes viven en disputas con éstos. Todos por igual presentan el triste cuadro de la miseria y las privaciones. Pronto tendremos la oportunidad de acercarnos a mirar tal estado del hombre que, como estado natural, ensalzan los que habitan las ciudades. En la segunda región, que son las llanuras y los pastos, la alimentación no es variada, pero sí muy abundante. Más adelantados hacia la civilización, no por eso quedan los hombres, con excepción del recinto de algunas ciudades esparcidas,. menos separados unos de otros. Al ver sus habitaciones, cubiertas en parte con pieles y cueros, 4 Esta isla, cercana a las costas de Cumaná, forma un Gobierno particular, que depende Inmediatamente del capitán general de Caracas. creeríase que, en lugar de haberse asentado, están apenas acampados en esas vastas praderas que hacen horizonte. La agricultura, que basta por sí sola para consolidar las bases de la sociedad y estrechar sus lazos, ocupan la tercera zona, que constituye el litoral, y sobre todo los valles cálidos y templados de los montes cercanos al mar. Se podría objetar que en otras partes de la América española y portuguesa, dondequiera que pueda seguirse el desarrollo progresivo de la civilización, encontramos reunidas las tres edades de la sociedad 5 ; pero hay que observar, y esta observación es muy importante para los que quieren conocer a fondo la situación de las diversas colonias, que la disposición de las tres zonas, la de los bosques, la de los pastos y la de las tierras labradas, no es igual en todas partes, y que en ningún lado es tan regular como en el país de Venezuela. No es cierto que sea siem- pre de la costa hacia el interior que van disminuyendo la población, la industria comercial y la cultura intelectual. En México, en el Perú y en Quito, son las altiplanicies y las montañas centrales las que muestran la más numerosa reunión de cultivadores, las ciudades más contiguas, )as instituciones más antiguas. Y aún se observa que en el reino de Buenos Aires, la zona de los pastos, conocida con el nombre de Pampas, está interpuesta entre el puente aislado de Buenos Aires y la gran masa de indios labradores que habitan las cordilleras de Charcas, la Paz y Po- tosí. Este hecho da origen, en un mismo país, a una diversidad de intereses entre los pueblos del interior y los habitantes de la costa. Si se quiere tener una idea precisa de estas vastas provincias que desde hace siglos han sido gobernadas casi como estados separados, por virreyes y capitanes generales, hay que prestar atención a varios puntos a la vez. Hay que distinguir las partes de la América española opuestas al Asia, de las que están bañadas por el océano Atlántico; hay que discutir, como hemos hecho, dónde está colocada la mayor parte de la población y si ella está cercana a las costas, o si está concentrada en el interior, sobre las altiplanicies frías y templadas de las cordilleras; hay que verificar la razón numérica entre los indígenas y las demás castas, buscar el origen de las familias europeas, examinar a qué raza 5 Nouv. Esp ., t. II, p. 68
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Dobry przykład - połowa kazania. Adalberg I ty, Brutusie, przeciwko mnie?! (Et tu, Brute, contra me?! ) Cezar (Caius Iulius Caesar, ok. 101 - 44 p. n. e) Do polowania na pchły i męża nie trzeba mieć karty myśliwskiej. Zygmunt Fijas W ciepłym klimacie najłatwiej wyrastają zimni dranie. Gdybym tylko wiedział, powinienem był zostać zegarmistrzem. - Albert Einstein (1879-1955) komentując swoją rolę w skonstruowaniu bomby atomowej
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